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viernes, 17 de abril de 2015

Los músicos

Andando y andando en sus carromato, los músicos viajaron desde la Luna hasta el refugio de Sinuhé...



Cada uno abandonó su casa hace mucho tiempo. Sin anunciarlo, sin despedirse de nadie, una noche tomaron sus instrumentos y se fueron.
Cada uno caminó largas horas bajo la luna, por un sendero de tierra.
Ninguno sabía adónde se dirigía, pero todos sabían que iban por el camino correcto. 
Finalmente se encontraron, en una encrucijada. Allí los esperaba el carromato, y el cochero de galera, y el caballo  color café con pintas blancas. Entonces los hombres treparon al carro.
Y comenzó el viaje.
Los músicos tocaban sus instrumentos en el carromato, siempre en movimiento. No se detenían en ningún pueblo, en ninguna ciudad. Nadie los veía, pero todos sabían cuándo estaban cerca: el anciano oía las nanas que su madre le cantaba de niño; los niños escuchaban melodías alegres, que bailaban en ronda o batiendo palmas; las mujeres oían un sonido parecido a su propia voz; los hombres oían la canción del océano. Había algunas personas, pocas, que no oían ninguna música. Solo oían el traquetear de las ruedas del carromato por los caminos de tierra, y el ruido de las piedras que golpeaban contra las ruedas. Entonces protestaban durante todo un día, hasta que el ruido de sus voces lograba sofocar el ruido del carro de los músicos, que seguía su viaje hacia otro pueblo.

Los músicos nunca preguntan dónde van, ni si alguna vez terminará el viaje. 

No quieren saberlo.

Texto: Bet Z   Pintura: Malwina de Brade

13 comentarios:

  1. Estoy segura que una vez que llegaron a este refugio, se bajaron del carro y se quedaron de músicos en este lugar. Al menos un tiempo. Luego proseguirán por esos caminos de piedras alegrando a todos en su viaje.
    Nos vemos esta tarde para escucharlos?...ya sabes, Betina...en nuestras mesas ;)
    Sinuhé, una escapadita y te tomas algo con nosotras?
    Besos a los dos.

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  2. Siempre recuerdo a este grupo de músicos hermosos que comenzaron su viaje hace tanto tiempo... Los escuché una vez bajo la luz de una luna valenciana, y me alegraron con su música. Pienso que, quizá, dejan algo de su magia en cada lugar por el que pasan. Y si los niños que escuchan sus alegres melodías hacen una ronda alrededor del anciano que escucha la voz de su madre cantando nanas, este se convertirá en niño nuevamente, y podrá acariciar el rostro de su madre cuando anochezca. Y si los hombres hacen un hueco con sus manos y lo acercan al oído de las mujeres que escuchan su voz interior, ellas podrán oir el rumor del océano de soledad que a veces bulle en el corazón de los hombres. Y que una sonrisa de estas mujeres bastará para se esfume la inmensidad ese océano, por lo menos ese día, o quizá por varios años…

    Es una muy buena idea, Carmel... Gracias por invitarme a tu mesa! Ordenemos algo mientras va llegando Betina, y brindemos por su idea de convocar a los músicos. A ver… Creo que los escucho llegar! Vienen trepados sobre un carromato tirado por un caballo blanco, descendiente quizás de aquel otro color café con pintas blanquecinas… Escucho la voz de una muchacha de ojos claros y un mechón rubio sobre su frente. Ella es feliz cuando canta, y tiene la propensión de reír ante cosas sencillas, como la broma de un muchacho que sabe andar de espaldar en su bicicleta de reparto… ¿La escuchan…?

    https://www.youtube.com/watch?v=O9c3qgtn4Mw&spfreload=10

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    1. Que maravilla, Sinuhé....si que la escucho, la escucho y mis pies se van corriendo calle abajo para no perderme ni una nota. :))

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    2. Que maravilla, Sinuhé....si que la escucho, la escucho y mis pies se van corriendo calle abajo para no perderme ni una nota. :))

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  3. Y en hora buena sino que sería de nosotros sin ellos. (alguna vez intenté ser como ellos, pero hay que tener más que valor para serlo) Maravilloso texto el que compartes. Saludos.

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    1. Disculpa!!!! pero no me di cuenta de que andabas por aquí sentado :)
      Soy un desastre. Y sí, hay que tener valor, verdad?

      Un besazo enorme por mi descortesía.

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  4. Gracias, Betina! Tus músicos permanecerán en mi alma por siempre...

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  5. Podríamos comparar ese grupo, con la raza humana, que anda y reanda el camino ciclo trás ciclo,sin saber a donde va y su camino acaba.
    Me ha encantado el relato, y gracias por tu visita, puedes pasar cuando te apetezco y leer cuanto quieras.
    Un abrazo.
    Ambar

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    1. Gracias Ambar, eres muy amable. Y te cuento de "Blues y algo mas....", en realidad esta casita de música y hermosas historias es de mi buen amigo Sinuhé, que por circunstancias ha tenido que ausentarse y Betina y yo, que tenemos una mesa, una hermosa mesa, la nº 7, en este hermoso sitio, le echamos un ojito de vez en cuando, en espera de tiempos futuros.
      Un beso grande.

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  6. Me encanta el encanto de tu blog
    abrazos con luz

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  7. Mejor disfrutar del viaje y no preguntar nada. Bs.

    Precioso relato.

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  8. Us deixo el meu bog de poesies per si podeu mirar.lo
    Gracies.

    ‌http://anna-historias.blogspot.com.es

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  9. Los músicos nómadas como los artistas de los circos ejercen fascinación sobre las demás personas desde la noche de los tiempos. Quizá porque nos recuerdan nuestro pasado nómada prehistórico. El nomadismo voluntario da sensación de libertad. Otra cosa diferente es ser nómada por imposición social, por escapar de la guerra o por la precariedad y la pobreza.

    Me ha gustado mucho lo que cuentas y cómo lo cuentas.

    Un beso

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