Hay
canciones que al oírlas por primera vez te hacen un click especial, canciones
que te trasladan a momentos especiales y te llegan de una forma muy especial.
Eso me pasó con esta canción: “Fly me to the moon” de Diana Krall.
Un
momento revivido, el de la fotografía, y un lugar dónde oírla: la mesa nº 6 de
la casa de Sinuhé, no podía ser en otro sitio. Un lugar cálido, amigable, con
buena compañía: él y Betina, un lugar que cobija la música y a las personas que
se acercan, un lugar: su lugar, del que generosamente nos ha hecho cómplices a
dos amantes de su compañía y de su casa.
Un
abrazo, Sinuhé, y gracias de nuevo.